1 - ¿En que tipo de vivienda vives? No es lo mismo un piso que una casa unifamiliar o una casa de campo. También hay otros factores como la zona geográfica, ya que la temperatura exterior condiciona y el aislamiento de la vivienda. Es muy importante saber el uso que se va a hacer de la caldera y donde.
Una caldera de gas puede dar servicio sólo de calefacción o también de calefacción y agua caliente sanitaria. En éste último caso hablamos de calderas mixtas. Entre las calderas mixtas existen las de acumulación, en las que el agua se calienta de forma continua y se acumula en un depósito a una temperatura determinada. La acumulación permite disponer de más cantidad de agua caliente de forma instantánea.
- Viviendas de hasta 180 m2 y dos baños, 28KW para agua caliente y 24KW para calefacción.
- Viviendas de hasta 180 m2 con 3 baños: 35KW para agua caliente y 28KW para calefacción.
- Viviendas de más de 180 m2 y más de 3 baños: 35Kw + microacumulador para agua caliente y 30KW para calefacción.
A tener en cuenta los tipos de calderas según su diseño, pueden ser de suelo, cuya potencia calorífica suele ser más elevada, o calderas murales, las más comunes instaladas en una vivienda y que vienen preparadas para colgarse en la pared (generalmente en la cocina o en el balcón).
2 - ¿Que tipo de combustible que puedes utilizar?. Hay zonas a las que no llega el gas natural y otras donde no hay espacio para colocar depósito de gasoil.
Dentro de las calderas de gas existen de tres tipos:
- Las calderas convencionales que son calderas ya en desuso. Tienen unas altas emisiones de gases y, por eso, la normativa europea ErP las ha prohibido por no ser eficientes. Desde las Administraciones Públicas se insta a retirarlas y cambiarlas por los otros dos tipos siguientes.
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